Carta al sheñor Rajoy


Il ne reste que quelques minutes à ma vie
Tout au plus quelques heures, je sens que je faiblis
Mon frère est mort hier au milieu du désert
Je suis maintenant le dernier humain de la terre

On m’a décrit jadis, quand j’étais un enfant
Ce qu’avait l’air le monde il y a très très longtemps
Quand vivaient les parents de mon arrière grand-père
Et qu’il tombait encore de la neige en hiver

En ces temps on vivait au rythme des saisons
Et la fin des étés apportait la moisson
Une eau pure et limpide coulait dans les ruisseaux
Où venaient s’abreuver chevreuils et orignaux

Mais moi je n’ai vu qu’une planète désolante
Paysages lunaires et chaleur suffocante
Et tous mes amis mourir par la soif ou la faim
Comme tombent les mouches…
Jusqu’à c’qu’il n’y ait plus rien…
Plus rien…
Plus rien…

Il ne reste que quelques minutes à ma vie
Tout au plus quelques heures, je sens que je faiblis
Mon frère est mort hier au milieu du désert
Je suis maintenant le dernier humain de la terre

Tout ça a commencé il y a plusieurs années
Alors que mes ancêtres étaient obnubilés
Par des bouts de papier que l’on appelait argent
Qui rendaient certains hommes vraiment riches et puissants

Et ces nouveaux dieux ne reculant devant rien
Étaient prêts à tout pour arriver à leur fins
Pour s’enrichir encore ils ont rasé la terre
Pollué l’air ambiant et tari les rivières

Mais au bout de cent ans des gens se sont levés
Et les ont avertis qu’il fallait tout stopper
Mais ils n’ont pas compris cette sage prophétie
Ces hommes là ne parlaient qu’en termes de profits

C’est des années plus tard qu’ils ont vu le non-sens
Dans la panique ont déclaré l’état d’urgence
Quand tous les océans ont englouti les îles
Et que les innondations ont frappé les grandes villes

Et par la suite pendant toute une décennie
Ce fut les ouragans et puis les incendies
Les tremblements de terre et la grande sécheresse
Partout sur les visages on lisait la détresse

Les gens ont dû se battre contre les pandémies
Décimés par millions par d’atroces maladies
Puis les autres sont morts par la soif ou la faim
Comme tombent les mouches…
Jusqu’à c’qu’il n’y air plus rien…
Plus rien…
Plus rien…

Mon frère est mort hier au milieu du désert
Je suis maintenant le dernier humain de la terre
Au font l’intelligence qu’on nous avait donnée
N’aura été qu’un beau cadeau empoisonné

Car il ne reste que quelques minutes à la vie
Tout au plus quelques heures, je sens que je faiblis
Je ne peux plus marcher, j’ai peine à respirer
Adieu l’humanité…
Absurde humanité…

No me quedan más que unos minutos de vida
Como mucho algunas horas, siento que me debilito
Mi hermano murió ayer en mitad del desierto
Ahora mismo soy el último humano de la Tierra
Me describieron antaño, cuando era un niño
Lo que había en el mundo hace mucho mucho tiempo
Cuando vivían los padres de mi bisabuelo
Y aún caía nieve en invierno
En esos tiempo se vivía al ritmo de las estaciones
Y el fin del verano traía las lluvias
Un agua pura y limpia corría hacia los arroyos
Donde venían a beber los corzos y los alces.
Pero yo no he visto más que un planeta desolado
Paisajes lunares y calor sofocante
Y todos mis amigos morir de sed o de hambre
Como caen las moscas
Hasta que no queda nada
Nada
Nada
No me quedan más que unos minutos de vida
Como mucho algunas horas, siento que me debilito
Mi hermano murió ayer en mitad del desierto
Ahora mismo soy el último humano de la Tierra
Todo esto comenzó hace algunos años
Porque mis ancestros estaban obnubilados
Por trozos de papel que llamaban dinero
Que hacían que algunos hombres fueran realmente ricos y poderosos
Y estos nuevos dioses no se detenían ante nada
Estaban dispuestos a todo para conseguir sus fines
Para enriquecerse más, arrasaron la Tierra
Contaminaron el aire y agotaron los ríos
Pero al cabo de cien años algunas gentes se levantaron
Y les advirtieron que hacía falta parar
Pero ellos no comprendieron  esta sabia profecía
Estos hombres no hablaban más que en términos de beneficio
Algunos años más tarde, vieron el sinsentido
Con pánico, declararon el Estado de Emergencia
Cuando todos los océanos se tragaron las islas
Y las inundaciones arrasaron las grandes ciudades
Y a continuación por un decenio
Fueron los huracanes y luego los incendios
Los terremotos y la gran sequía
En todas las caras se leía la angustia
La gente tuvo que luchar contra pandemias
Diezmados por millones de enfermedades atroces
Otros murieron de sed o de hambre
Cayeron como moscas
Hasta que no quedó nada
Nada
Nada
Mi hermano murió ayer en mitad del desierto
Ahora mismo soy el último humano de la Tierra
En el fondo, la inteligencia que se nos dio
No fue más que un bonito regalo envenenado.
Porque no me quedan más que unos minutos de vida
Como mucho algunas horas, siento que me debilito
Ya no puedo caminar y a penas respirar
Adios a la Humanidad
Absurda Humanidad

  12 comments for “Carta al sheñor Rajoy

  1. Gracchus Babeuf
    27 octubre 2007 at 21:50

    Maripú, que me dice mi primo que no.

    ¡Qué lamentable!, que nivelazo pero bajo… bajo.

  2. Maniobras Orquestales... en la Blogscuridad
    27 octubre 2007 at 17:39

    Para la libertad me desprendo a balazos
    de los que han revolcado su estatua por el lodo.
    Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
    de mi casa, de todo.

    Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
    ella pondrá dos piedras de futura mirada
    y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
    en la carne talada.

    Retoñarán aladas de savia sin otoño
    reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
    Porque soy como el árbol talado, que retoño:
    porque aún tengo la vida.

    (Miguel Hernández)

    Un buen momento y lugar para recordarlo…

    Un besote.

    Salud y República!

    Xavier – Tarragona
    Maniobras Orquestales… en la Blogscuridad

  3. J. G Centeno
    27 octubre 2007 at 11:09

    Has hecho muy bien en publicar tambien la traducción, corríamos el riesgo de que lo tradujera algún primo de don Mariano, catedrático de filatelia y numismática, o peor algun cuñado suyo, o de Zaplana, y nos hubiera robado el sentido de la canción, muy directa, por otra parte.

  4. Naveganterojo
    27 octubre 2007 at 8:12

    Bonita canción que esperemos no se haga realidad.
    Además de dedicársela a Rajoy I,tambien tendríamos que dedicársela a la cope y a sus contertulios:
    «Jiménez Losantos, convertido en abanderado de los negacionistas, esgrimió sus teorías, hablando de que “lo bonito es vender el apocalipsis” y restando importancia al cambio climático. Recurrió a la teoría de los ciclos climáticos y aseguró que todas las creencias sobre el calentamiento surgieron de mano “de la extrema izquierda” reciclada en los ecologistas. También comparó a quienes creen estas teorías con quienes confiaban en que la tierra era plana
    Luis Herrero, eurodiputado del PP, insultó a Al Gore diciendo que le parece “un imbécil” y “un jeta”.
    Esto parece la inquisición,
    para reirse si no fuera tan serio.
    Salud y republica

  5. rosamari
    26 octubre 2007 at 22:59

    Muy bonito Maripuchi, me alegra que a pesar del cansancio y lo que extrañas a tus niñinos, tengas ese tiempo para dejarnos tu sensibilidad.

    Muy guapo, si señor.

  6. Maripuchi
    26 octubre 2007 at 18:58

    Que sí, señor Moscas … gracias a sus post con postdata musical he conocido mucha gente recomendable. Por cierto, a ver cuando retoma esa buena tradición.

  7. javierM
    26 octubre 2007 at 15:47

    Estos tipos me suenan de algo…

  8. Maripuchi
    26 octubre 2007 at 14:26

    Que va, amor, ya me gustaría a mí parir cosas así… es de Les Cowboys Fringeants, un grupo de folk-rock canadiense muy recomendable.

  9. Amor
    26 octubre 2007 at 14:05

    ¿es tuyo? la versión en francés es preciosa

    beso grande

    🙂

    amor

  10. Mayoyo
    26 octubre 2007 at 14:04

    Para Rajoy y los suyos la inteligencia no fue un regalo envenenado, fue un regalo que nunca les hicieron, y así les va.

  11. RGAlmazán
    26 octubre 2007 at 13:39

    Bella canción. Para todos los neocon que se creen el ombligo del mundo y sólo piensan en ellos mismos, ni en los demás ni en las generaciones venideras.

    Salud y República

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