Un jueves por la mañana

Nueve menos cinco de la mañana.
A esta hora suelo estar bien vistiendo niños, bien calentando la comida de Tomás, bien arreglándome yo misma.
Suena el timbre de la puerta. Miro por la mirilla y veo a dos individuos de edad indefinida entre los 35 y los 45, vestidos de sport y de aspecto absolutamente normal, con un bloc de notas en la mano.
Les abro la puerta.
Tomás viene corriendo y protestando a la vez. Le cojo en brazos.

Uno de los individuos se identifica verbalmente como policía local. En el fragor de la batalla lo doy por bueno.
Me preguntan sobre los vecinos, cuántos viven, quiénes son, a qué horas están en casa… No me dan más explicaciones que que necesitan mantener una reunión con ellos.
Tras un par de minutos, me dan las gracias y se van.

Cierro la puerta. Tomás vuelve a su ser…

Y yo me pongo a pensar. ¿Policías? ¡¡Si no me han enseñado la placa!!
Mientras voy conduciendo camino de la guardería, llamo a mi marido. Me dice que no es muy normal. Así que decido, cuando vuelva a casa, llamar a la policía local, para que me digan si efectivamente, son ellos los que han estado en mi casa.

Ya estoy alterada.

El policía que me atiende el teléfono es absolutamente encantador y muy empático. Le cuento lo sucedido y me dice que va a hablar con investigación y que me devuelve la llamada, que le parece un poco raro que no se hayan identificado mejor…

En el éxtasis de la angustia (¿serán maleantes? ¿serán maleantes los vecinos? ¿vendrían buscando información mía? etc) suena el teléfono. Es el policía con el que había estado hablando que me dice que sí, que efectivamente están haciendo una investigación ¿¿la policía local?? y que no me preocupe. Que, no obstante, hablará con los agentes para que lo primero que hagan sea enseñar la chapita…

Ufffffffffffffff

  10 comments for “Un jueves por la mañana

  1. rosamari
    26 julio 2007 at 20:23

    No debes abrir la puerta, es una norma básica de seguridad según están los tiempos.
    De los polis prefiero no opinar, se me abren la carnes.

  2. Maripuchi
    26 julio 2007 at 16:03

    jaja sí que es verdad que fue como de película … de todas maneras … tampoco me he quedado tranquila … ¿¿qué tipo de vecinos tengo??
    jajajajajaja

  3. Leg
    26 julio 2007 at 13:54

    Maripuchi, te voy a dar un consejo que espero sigas a rajatabla a partir de ahora: NO ABRAS LA PUERTA A NADIE.

    Puede sonar triste, pero son los tiempos que vivimos, y tú tienes dos nenines en casa.
    Mi puerta sólo se abre para la gente que conozco, nada más. Lo he pensado concienzudamente, y no encuentro ningún motivo por el que sea totalmente necesario y/o obligatorio que yo abra la puerta a nadie más.

    Mejor correr solo los riesgos necesarios, que no son pocos.

    Es un consejo, no una alarma. Yo estoy muy tranquila.

  4. Secondtortu
    26 julio 2007 at 13:00

    Es que Jorge, ya se sabe que los de traje y corbata son excelentísimos ciudadanos, eso ni se cuestiona.

  5. Jorge
    26 julio 2007 at 12:54

    Es que dan muuuuucho miedo. Yo no sé si preferiría que fueran policías o delincuentes. Anteayer llegaba yo de viaje a las doce de la noche y me pararon dos nacionales en la estación de autobuses, me metieron en su garita y pidieron mi filiación por radio, además de revisar palmo a palmo mis maletas y mi mochila. Imagino que buscaban droga y supongo que es su trabajo y todo eso. Pero podrían ser bastante más educados y tranquilizadores, que en su caso parece que funciona la presunción de culpabilidad. Además, no hacen bien su trabajo porque paran a la gente según la pinta que tiene, y eso no es muy profesional. Nos pararon a un hindú, un melenudo y a mi. Nadie de traje y corbata.

  6. Raúl Pleguezuelo
    26 julio 2007 at 12:47

    De cualquier forma, no seas tan confiada, pide siempre la identificación y ante la duda no abras la puerta y llama a la policía.
    Un abrazo.

  7. Secondtortu
    26 julio 2007 at 12:14

    Ay, ay qué miediiitoo. No sé si torpes, olvidadizos o qué, pero menudo momentazo de película.

  8. RGAlmazán
    26 julio 2007 at 11:51

    Eres muy confiada. Y menos mal que has llamado tú a la poli local, que si no estarías con las dudas.
    Estos polis de Vitoria son tremendos, se creen que llevan escrito en la cara «SOY POLICÍA»

    Salud y República

  9. Milagrinos
    26 julio 2007 at 11:03

    Yo los encuentro bobos de baba, la verdad. Ser poli, ir a una casa asi de repente y empezar a preguntar, sin identificarse, es como de pelicula de Torrente. Y lo mejor el poli del telefono, el simpatico, que te dice que «ay, ya les dire yo la proxima vez que enseñen la placa…». La proxima vez di que te enseñen la patita por debajo de la puerta…

  10. Scout Finch
    26 julio 2007 at 10:27

    Uy, qué mal rollo. Ya podían haber sido más listos los polis. Aunque, la verdad, a mí me enseñan una placa y no tengo ni idea de si es auténtica o no, así que…

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