Etiqueta: reflexiones

Estoy aquí

Estás de bajón. Algo te remueve y puede que no sepas qué es… o puede que lo tengas clarísimo. Tienes que tomar una decisión importante, puede que pienses que nadie te comprende, sientes un vacío dentro, como si te faltara una pieza de tu puzle, un vacío que sabes que nunca más se va a volver a llenar… no sabes… Read more →

Lo que es…

Cuando algo es, es. Lo sabes. Tienes una certeza interna de que es así. Otros lo llamarán intuición, vale, como quieras, es una cuestión semántica, pero quien lo sabes eres tú. Y cuando eres alguien que no quieres ser, cuando no estás ahí, cuando estás en otro sitio se te nota. Tú te lo notas, desde luego, pero es algo… Read more →

El tobogán emocional

La vida tiene cosas que se salen, muy buenas, buenas, pché, malas y, definitivamente, asquerosas. Normalmente las rutinas hacen que estés rondando entre lo bueno, lo pché y lo malo, pero sin grandes sobresaltos hasta que pasa algo tan bueno que todo te da vueltas… o tan malo que pone tu mundo patas arriba. Estos son los momentos en los… Read more →

Abrazos virtuales

Para unos llegó un poco antes y para otros un poco después, pero en cuestión de unos años, allá por finales del siglo pasado, internet vino y nos cambió la vida. Lo de cambiar la vida, en algunos casos, es literal… Una de las cosas que más ha cambiado internet es la forma de relacionarnos. Conocer gente, mantener contacto con… Read more →

Veinte años no son nada…

… o sí… En 20 años pasan muchas muchísimas cosas… y más si son los veinte años que van desde los 21 hasta los 41. Probablemente son los años más intensos de la vida, cuando las personas comienzan su devenir profesional, cuando se emancipan, cuando forman una familia… 20 años después y gracias a la estupenda labor de unos pocos… Read more →

No

No quiero. No me apetece. No insistas. No me da la gana. No, gracias, pero no. No me interesa. Así no. No voy. No vengas. No más. No pases. No vale. No. Hay que decir que no más veces. Hay que enseñar a nuestros hijos a decir NO. Read more →

Fotos

la fotoNos pasamos el día sacándonos fotos, sacando fotos a lo que nos rodea: unos pies, unas piedras, un semáforo, una acera con un charco, lo que comemos, lo que bebemos, a nuestros hijos, sobrinos, selfies, fotos dentro de otras fotos… bah… de todo…
Pienso en las fotos de mi infancia, primero en blanco y negro, luego en color. Un álbum familiar (para las fotos de cuatro, con sus vacaciones, sus excursiones…). Claro que entonces el temita de la fotografía era una afición cara… primero las cámaras… el flash iba aparte, una cosa que se incrustaba en la cámara (luego se integró… era como magia…), había que comprar carretes (de 12, 24 o 48 fotos) y, dependía de qué tipo de fotos fueras a hacer, había que comprarlos de uno u otro tipo, que no era lo mismo hacer fotos en interior que en exterior y esas cosas…
Luego venía el revelado. La constatación de que, como fotógrafo, no ibas a llegar muy lejos… Un buen número de fotos al guano (movidas, mal enfocadas, mal encuadradas…). Por el revelado te cobraban doble: por el hecho de revelar en sí, y por foto…

Ahora la cosa es distinta. Bien distinta. Ahora tienes cámara hasta en el espejo del cuarto de baño, si te equivocas en algún punto, ahí está photoshop o cualquier otra aplicación para retocar, recortar… corregir… no hay problema…

Pero, ¿es por esto por lo que nos sacamos tantas fotos? ¿Porque es gratis? ¿O es algo más profundo?
Ayer pregunté en Facebook y, con respuestas variadas, tenemos dos mayorías: una apunta al ego y la otra, como digo, a la gratuidad…

Yo creo que es porque queremos conservar los momentos que vivimos y que no se nos escapen. Nos fiamos poco de nuestra memoria, cada vez menos. Las fotos son testigos silenciosos de nuestra vida. Las fotos nos evocan las cosas que nos pasan y no queremos olvidar. Vemos una foto y, automáticamente, evocamos ese instante capturado: hasta podemos olerlo, sentirlo… Con una foto, ese juego de sensaciones es más sencillo, ¿no?

La adversidad

La adversidad es mala. Le veo pocas cosas positivas. Lo pasas fatal. El mundo es una puta mierda. Todo se desmorona alrededor (bueno, todo, o parte… lo que sea)… El mundo se vuelve gris, no hay alegría… o no se la ves…
Luchas contra gigantes, los días se hacen eternos, las noches también… desconsuelo, desasosiego… No te apetece hacer nada y cuando no te queda más remedio lo haces con desgana y deseando que ese momento pase cuanto antes.

Pero la adversidad también tiene tres cosas positivas, como digo: creces. Mucho. Es como el refrán, lo que no te mate, te hará crecer. Como persona te haces grande, aprendes a superar obstáculos, a vadearlos, te reconfortas contigo mismo y aprendes mucho sobre ti… y también sobre los demás, lo que siempre está bien.
La segunda cosa buena es que pones a cada uno en su sitio. Aprendes qué puedes esperar de quién. Esto puede parecer malo, porque tendrás amigos que, de pronto, desaparecerán de la faz de la tierra… pero en realidad, te están haciendo un gran favor… para tener amigos así, más te vale no tener nada.
Es un hecho. Hay gente que ante la adversidad se crece y otros que preferirían hundirse, pero no hay que hundirse, hay que remar, porque, al final, escampará, y serás mejor persona.

Y la tercera y última… que pasa. Nada es adverso para siempre. Por lo tanto, cuando ese período finalice, que lo hará, todo volverá a su sitio, menos lo que no merece la pena que vuelva.

Y al resto, bambú.

I hurt myself today

En la vida damos cosas por sentado en cada momento. Forma parte del cierto confort del que hablaba ayer y sin el que nuestras existencias serían una montaña rusa.

Hace 12 años que dejé de dar por sentado casi todo. Primero fue un annus horribilis que me dejó alguna secuela física y luego todo el mundo a mi alrededor se desmoronó. Un día me encontré frente al espejo de bruces y no me gustó nada lo que vi. Mi mundo se cayó sin buscarlo, en poco tiempo, sin hacer mucho ruido y no dejando apenas rastro.
Recuerdo aquel tiempo como una época feliz, muy feliz. ¡Qué cosas! Y fue bello e intenso como sólo las cosas en las que pones todos tus sentidos logran.

Desde entonces, he tratado de vivir la vida de forma intensa. No es que yo sea una intensa. Al contrario. Pero dejé de quejarme y empecé a hacer, dejé de pensar y comencé a hablar… a veces demasiado… I know…

Hoy me duele porque se cierra el círculo. Porque constato que algunos sueños ya no serán cumplidos jamás y jamás es una palabra muy seria. Y me admira la increíble sensación de vida que me recorre el cuerpo aunque me falte el aire.
Es tan intenso como todo lo demás porque no puede ser de otra manera pero, ¿sabéis qué? Yo no sería yo si no exorcizara mis demonios.

I hurt myself today
To see if I still feel
I focus on the pain
The only thing that’s real

The needle tears a hole
The old familiar sting
Try to kill it all away
But I remember everything

What have I become
My sweetest friend
Everyone I know
Goes away in the end

And you could have it all
My empire of dirt
I will let you down
I will make you hurt

I wear this crown of thorns
Upon my liars chair
Full of broken thoughts
I cannot repair

Beneath the stains of time
The feelings disappear
You are someone else
I am still right here

And you could have it all
My empire of dirt
I will let you down
I will make you hurt

If I could start again
A million miles away
I will keep myself
I would find a way

Ahora

La vida son dos días… tres en el mejor de los casos. ¿Cuántas veces has querido decir o hacer algo y no lo has hecho por mil motivos (excusas o autoexcusas)? Piensa, porque casi a diario tenemos la posibilidad de hacer y sentir cosas que dejamos de lado. Procrastinamos. Vivimos en encefalograma tendiendo a plano porque nos gusta la comodidad.… Read more →