La cara oculta de la luna (perdón, del rey)

Es un tema el que propongo ahora recurrente. Pero en un día como hoy, no puedo callarme. No señor.

Hace unas semanas escribí un post basándome en un email que me había llegado referente a las partidas de los presupuestos generales del Estado destinadas a la Casa Real. Supongo que tendría parte verdadera y parte falsa, pero ahí están esos milloncejos de eurillos ….

Unos días después, el ínclito Rasputín me hizo conocer la revista colombiana Soho, de la mano de Fernando Vallejo, supimos un poco más de las aficiones de nuestro Rey.

Voy a poneros un link a un estupendo artículo que he encontrado en Rebelión, titulado La otra cara del rey Juan Carlos.

Y después, si queréis, comentamos …. Es muy importante que se pierda el miedo (o lo que sea) a hablar de estas vergüenzas. Si nos da grima oír a la Espe decir que no llega a fin de mes, no debería darnos menos grima oír a este señor decir que su yate no le sirve.

A estos individuos, ni una concesión …

Abrazos

  3 comments for “La cara oculta de la luna (perdón, del rey)

  1. Arbillas
    16 abril 2007 at 13:17

    La republica es la forma mas logica de un estado, simplemente por eso, por lógica.

    El poder heredado por la sangre me parece un peligro e injusto.

    Bueno, supongo que estaremos cerquita el dia 22.

    Solo pido un deseo y es que el dia que llegue la tercera Republica, sea con paz y sin una sola de sangre de por medio, confio en la inteligencia de todos.

    Un fuerte abrazo.

  2. Blanca
    15 abril 2007 at 7:19

    No hace falta entrar en teorías ni conspiraciones, tiene razón Montgolfier.

    El tema cae por su propio peso. Las monarquías son un anacronismo «per se» y «superproteger» (vaya palabro) a una Institución que, como todas, tiene virtudes y defectos, además blindándola con la Constitución, me parece ¿anticonstitucional?

    Ya he dicho en repetidas ocasiones que el rey debería servir para algo más que para lo que sirve y la propia Constitución bloquea sus atribuciones, con lo cual… ¿para qué está ahí?

    Puede ser que en su momento fuera una solución a un problema en la llamada Transición, pero una vez consolidada la democracia en España, el Jefe del Estado debería hacer algo más que presidir la reunión anual de las Academias de la Lengua Castellana o cortar cintas inauguratorias.

    Un Jefe del Estado sujeto a los vaivenes de unas elecciones democráticas para su ascenso al cargo, se esmera mucho más en su papel institucional, es más, tiene más papel institucional. Por contra, un Jefe del Estado vitalicio, que además conlleva en sus genes el cargo, no puede ser más que lo que es: una figura decorativa más o menos simpática. Da lo mismo que lo haga bien o mal, que se dedique a navegar o a leer los tomos de su biblioteca, a hacer chistes o a tener la boca cerrada.

    En nuestro país, además, el Jefe del Estado solo habla ¿por su boca? el día de Nochebuena. No digo que sería bueno que saliera en la tele constantemente, pero alguna vez se debería notar que está ahí para algo.

    Hemos vivido (y vivimos) tiempos de crispación motivados por la mala práctica política de ciertas personas mediocres que mal favor nos están haciendo a todos y sí he echado de menos la figura catalizadora de un Jefe del Estado como dios manda que pusiera coto a tanto desmán. El Jefe del Estado español está «desaparecido en combate» y muchos ciudadanos, sobre todo los que más hubieran necesitado su voz (víctimas y familiares del 11-M) habrían agradecido que, quien está por encima de opciones partidistas, hubiera puesto un alto a tanta verborragia deshonesta. Pero no ha sido así. No se le ve, no existe…
    lo que nos hace pensar a muchos que quizás es más partidista de lo que la Constitución le concede.

    Pienso sinceramente que todo lo que estamos viviendo tambien le va a pasar factura a esa Institución intocable.

  3. El Hermano Montgolfier
    15 abril 2007 at 0:30

    Esto, para mi es otra teoría de la conspiración, igual que lo es las estúpidas teorías del pp del 11 de marzo. No sé por qué hay que dar más importancia a esta que a la «otra». Hay mucho aburrido o gente con ganas de notoriedad por ahí suelto.

    En resumen, es una gilipollez tan grande como las que suelta el pp, darle pábulo es seguir el juego a elementos difusos de nuestra sociedad que no merecen tenerlo.

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