Esos pequeños tiranos

«Queridos Reyes Magos: quiero que desaparezcan, que me dejen en paz». Éste era el deseo para la noche de Reyes de hace dos años de Raúl (nombre ficticio), un niño catalán al que sus compañeros de clase habían bautizado como El Ballena. Ese mismo día, tras reflexionar que los de Oriente jamás harían realidad su deseo, se encaminó hacia un río cercano para lanzarse al agua y poner fin a su calvario.

Sus padres lograron frenarle. Estaba cansado de llorar, de pedir ayuda a sus profesores y de que una pareja de Mossos d’Esquadra vestidos de paisano le acompañara a diario a las puertas de la escuela. Los mismos agentes a los que un día acudió para contarles junto a un compañero que un grupo de chavales de clase querían que dejara de existir. La consigna fue clara: «O el amigo de Raúl le mataba o ambos morían», relata Ana, su madre. «Ahora sé que cuando tenía los ojos rojos, no era por jugar a la Play. Era por contenerse las lágrimas», dice muy entera. (Leer resto del artículo)

¿Hay ahora más bullying que hace diez o veinte o treinta años? ¿O sólo pasa que ahora transciende?

Yo llevé parche unos años. Tengo un ojo vago. En mi clase había otra niña que también lo llevaba. A mí me llamaban Álvar (en honor al papá insigne de Vickie el Vikingo); a ella Falconetti.
La verdad, encajaba las burlas como podía, pero nunca me sentí ninguneada por el resto de compañeros o profesores y puedo decir que tuve una infancia de cole feliz y apacible… aunque, es obvio que hubiera preferido que no me marcaran con el mote…

Siempre se ha dicho aquello de que los niños son crueles, pero ¿son crueles los niños? Yo creo que sí. Es una especie de proceso de selección natural, donde ganan los fuertes y pierden los débiles. Así funciona en la naturaleza.

¿Cuál es, pues, la diferencia? Yo creo que la diferencia entre ahora y hace años estriba en la protección paterna. Antes los niños teníamos mucha más libertad. Ibamos al parque y nuestras madres estaban tomando café en una terraza cercana, pero no a medio metro nuestro. Nos caíamos y nos escalabrábamos permanentemente y ésto era considerado como gages del oficio.
Los profesores tenían poder para poder castigarnos por armar bulla en clase y lo hacían. Ahora están inermes y la voluntad de cualquier mico de 10 años (por no hablar de los más mayorcitos) campa por sus fueros. Son los reyes de su casa: hacen exactamente lo que quieren y en el momento que les apetece. Son los reyes del cole y se creen los reyes del mambo. ¿Qué generación está por venir?

No hablo de los casos de acoso extremo, que evidentemente los hay (me vienen a la memoria esas palizas grabadas con móvil y colgadas en youtube). Me refiero a ese 31% que dice que hablan mal de ell@s, me refiero a ese 27% que afirma ser insultado o tener mote…

¿No hemos tenido todos mote? ¿Estamos sobreprotegiendo a nuestros niños y, por ende, criando pequeños tiranillos?

  5 comments for “Esos pequeños tiranos

  1. Leg
    9 octubre 2007 at 7:50

    Yo creo que el texto que pones corresponde a un niño que está sufriendo bullying, y eso no es simplemente que te pongan un mote o que se metan contigo por usar gafas o ser gordo. Es algo mucho peor, que a mí me pone los pelos de punta, y que yo creo que sí es algo novedoso que, aunque ya se hiciera antes (porque siempre ha habido de todo), está creciendo ahora en frecuencia de una manera alarmante.

    Tampoco me animo a dar los motivos, pero, evidentemente, serán una mezcla explosiva entre factores de personalidad de los niños atacantes y atacados, la educación que les dan sus padres, la actitud de los profesores, el acceso a las nuevas tecnologías, lo que les transmite a los chicos la sociedad actual, el consumo temprano de alcohol y drogas…… y supongo que habría que poner un etcétera que me pone los pelos de punta.

    Han habido padres que, viendo que sus hijos eran los que hacían bullying a otros, los han denunciado. Eso es muy fuerte, no quiero ni imaginar cómo se siente un padre/madre que ve cómo su hijo es capaz de hacerle eso a otro niño día sí y día también y andar por ahí tan tranquilo…

    Espeluznante.

  2. El Hermano Montgolfier
    8 octubre 2007 at 12:54

    He leído el artículo y hay un tema que me sobrecoge: cuando dicen que «sólo» un 3’9% afirma sufrir agresiones. Primero porque debe haber otro tanto al menos que las sufren y no dicen nada, y segundo y más grave es que si un 4% sufre agresiones (que no es lo mismo que una peleilla, que de esas muchos las hemos sufrido), estamos hablando de que en un instituto normal de cualquier ciudad, puede haber entre 30 y 50 niños que sufren agresiones, y si comenzamos a hablar de toda España, nos encontramos con una cifra espantosa.
    Cuando los problemas se reducen a porcentajes, parece que no es motivo de alarma, pero si se hablara de cifras y no de porcentajes, podría apreciarse la autentica magnitud del problema.
    De infante si recuerdo las tipicas peleas, de esas de «nos vemos detrás del colegio», pero al fin y al cabo era una manera un poco bruta de resolver diferencias, y usualmente sólo quedaba en una bravuconería, porque al final, ni pelea ni nada.
    Pero no recuerdo que se juntaran tres o cuatro de forma alevosa a pegarle una paliza a otro, ni tampoco recuerdo un acoso continuo de insultos, robos y pequeñas (o grandes) agresiones. Motes si había, y quizas algún que otro idiota que la tomaba con el típico gordito, o gafitas, pero no iba más allá de llamarlo godito o gafitas, y en una semana se olvidaba.
    Yo si creo que han cambiado las cosas, pero no me atrevo a hablar de los motivos, lo considero un tema muy complejo.

  3. rosamari
    8 octubre 2007 at 12:48

    Maripuchi, creo que vosotros lo tenéis bastante claro. Os va a salir bien.

  4. animalpolítico
    8 octubre 2007 at 8:53

    A veces la mejor de las intenciones produce el peor de los resultados.

    Yo tengo amigos que, ante la paternidad y como un planteamiento filosófico sesudo se propusieron no dar nunca un «no» a su hijo. La cosa iba medianamente bien hasta que nació el segundo. A partir de entonces a uno había que decirle «no» para no tenérselo que decir al otro.

    Resultado: una relación bien desequilibrada entre ellos y un hijo mayor tirano de padres y hermano…

  5. Naveganterojo
    8 octubre 2007 at 7:58

    En mi opinion no estamos sobreprotegiendolos,estamos PASANDO de ellos,el trabajo,la rutina,el estres,todo eso hace que pasemos de la educacion de nuestros retoños.
    Me hace gracia que ultimamente este tan de moda la frase «que se busquen la vida como yo me la busque»…y los niños se la buscan.
    Al hilo de un post anterior tuyo,sigo diciendo que es nuestra responsabilidad inculcar a los hijos unos valores que a dia de hoy parecen perdidos.
    Menos tele y mas dialogo.
    Salud y republica

Comments are closed.

Additional comments powered by BackType