Calidad de vida

Leo en Derribando barreras, el blog de Carmen Sánchez Carazo que Madrid figura a la cola de las ciudades con mejor calidad de vida.

No seré yo la que le lleve la contraria al autor de este ránking, quien basa el análisis en la evaluación de 39 criterios de calidad de vida para cada ciudad, que incluyen factores políticos, sociales, económicos y ambientales, seguridad personal y salud, educación, transporte y otros servicios públicos.

Me llama la atención que sólo Barcelona figure en la lista y sólo un paso por encima de Madrid. Podríamos pensar, ah, es que es para ciudades de x habitantes, pero tampoco este es el razonamiento. Aparecen Helsinki, Honolulu o varias ciudades suizas…

¿Dónde están Sevilla, Zaragoza, Valencia?

Desde que he vuelto a vivir en una ciudad «pequeña» (230.000 hab en 2005), me he dado cuenta de las infinitas ventajas que tiene, frente a los pocos inconvenientes (si la comparo con el ejemplo previo, es decir, con Madrid).

Sobre todas las cosas, destaco el tiempo. Esa cosa tan intangible a la par que etérea que cada día se nos va sin darnos cuenta y que es lo que marca la diferencia (a mi entender) entre una calidad de vida o no.
Cuando uno invierte más de una hora en ir al trabajo, al día «pierde» más de dos horas de SU tiempo. Cuando uno no se puede permitir tomar un café con un amigo porque no tiene tiempo. Cuando uno no puede ir a comer a su casa por el mismo problema… Entonces, te das cuenta que sí es posible invertir ese tiempo perdido en pasear, cocinar, o en lo que tú quieras hacer, pero tú eres el dueño del tiempo, no lo es la ciudad por tí.

(Continuará)

  5 comments for “Calidad de vida

  1. Maniobras Orquestales... en la Blogscuridad
    4 octubre 2007 at 23:54

    ¡Hola Mari! 🙂

    Pues, compañera, ¿qué quieres que te diga? Cada vez entiendo menos este tipo de estudios. Fíjate en esto:

    Barcelona es la primera en el índice de calidad de vida

    Según ese estudio es la cuarta mejor ciudad europea para los negocios y la 1ª en calidad de vida.

    En fin…

    Por cierto, tienes el blog un poco descuachinfollao, ¿no? 😛 (Será algún enlace de las columnas laterales)

    Salud!


    Xavier – Tarragona
    Maniobras Orquestales… en la Blogscuridad

  2. RGAlmazán
    30 septiembre 2007 at 14:55

    Hay pocas grandes ciudades que no te impongan un ritmo y un estrés. Madrid, es la que más conozco, es delirante. Demasiado follón por todos lados. Me supera. Afortunadamente vivo entre Rivas, que es una ciudad relativamente tranquila (a quince km de Madrid) y una casa en medio del campo a diez kilómetros de Tortosa. Y, desde luego, cuando voy a Madrid es por obligación.
    Y eso que Madrid ha sido para mí, la ciudad donde me he pasado casi toda mi vida. Como dice Freia yo tengo también una relación de amor-odio con ella.

    Salud y República

  3. Nerim
    30 septiembre 2007 at 12:25

    Desde que nos mudamos de Barcelona a una localidad del Vallés occidental (a unos 15 minutos de Barcelona)hemos ganado muchisimo en calidad de vida. De todas formas el otro día leí que hay que vivir en la ciudad pero no mucho para que no te endurezcas, y alguna vez hay que vivir en el campo, pero no mucho para que no te ablandes.
    No me parece haberme ablandado pero si eso llegara a ocurrir creo que seguiría viviendo aqui, no cambio esto por ninguna ciudad.
    De todas formas, no hagas mucho caso de esos rankings ni de las estadísticas, yo creo que están todas manipuladas.
    Un fuerte abrazo
    Nerim

  4. Freia
    30 septiembre 2007 at 12:21

    ¡Ah Madrid, Madrid! Yo mantengo con ella una relación de amor-odio. Por una parte, aquí están las personas y las cosas que más quiero (mi familia, casi todos mis amigos, el museo del Prado, el Auditorio, el Madrid de los Austrias) pero, por otro, es una de las ciudades más «neurotizantes» que conozco: es sucia, ruidosa, fría, incómoda. Hay que buscarse métodos para que no te aplaste demasiado. Desde que me prejubilé he aparcado el coche casi definitivamente y me muevo en transporte público. Eso me permite, durante los larguísimos trayectos, leer, escuchar música y, en especial, contemplar a la gente. Un viaje en metro puede dar para inventarte muchas historias acerca de tus compañeros de vagón: llega a ser francamente divertido.
    Como voy a tener que seguir sufríendola-queriéndola, más vale que me mentalice.
    Un abrazo,

  5. Mega
    30 septiembre 2007 at 8:39

    Tú lo has dicho: el tiempo da la verdadera medida de la calidad de vida que separa a una ciudad de otra.

    ¿Sabes qué fue lo primero que me impactó de Berlín, con respecto a Barcelona? Que el día parecía tener 28 horas en vez de 24.

    Dejando aparte, claro, la tranquilidad que se respira aquí, sobre todo por la ausencia de coches (y, por tanto, de ruidos y de contaminación).

    Todo aquí te empuja a llevar una vida distinta (y no porque trabajes en otra cosa, sino porque puedes apreciar la misma vida de otro modo). En fin. Lo duro va a ser volver…

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