El gen de planchar rápido

«(…) Muchas de las madres que se dedican con devoción y empeño a su trabajo y a su carrera albergan la permanente sensación de estar fallando en algo. Cuando crezcan los niños, algún problema tendrán: no existe ni el niño ni la niña perfectos. Y entonces alguien le hará creer a esa madre profesional, o a esa madre soltera o divorciada que tiene vida social y sexual, que la culpa de que el niño sea retraído/hiperactivo/lento/callado/peleón ( táchese la que no proceda o añádase otra)  es suya, porque trabaja y/o sale y no dedica el tiempo suficiente al famoso vínculo madre/hijo. Y apelará a voces presuntamente autorizadas: Winnicott, Spitz, Dolto, Raskovsky y demás psicoanalistas de posguerra que tanto escribieron sobre niños pero que no se dedicaron precisamente a cuidar a los suyos, ya que se los criaron sus legítimas mientras ellos escribían sus tochazos e impartían conferencias. Eso sí, no parece que ninguno de ellos albergara el mínimo complejo de culpa, y desde luego no escribieron sobre el tiempo que les escatimaron a sus hijos para dedicarlo a sus carreras. Y a esa madre adoctrinada, que ha escuchado resignada y atenta ese sermón presuntamente bienintencionado, le toca  bregar con el conflicto entre el modelo ideal de  madre y  la vida real, entre su yo y su superyo. Ese superyo que, como dice Freud, es herencia de pasadas generaciones, y que se cuela por lo tanto en cantinelas de madres, tías, suegras y abuelas: “ ¿Y por qué no pides una reducción de jornada?

En el fondo, esto lo podría haber escrito yo, porque, además, estos pensamientos me rondan mucho la cabeza precisamente en estos últimos días.

Y es que a una madre nunca se le presuponen ciertas cosas… pero ya va siendo hora de ir cambiando un poco esos prejuicios prehistóricos y predicar con el ejemplo, por un lado, y por el otro liberarnos de tanto yugo esclavizante, que nadie ha nacido con el gen de planchar rápido, hombreya.

  12 comments for “El gen de planchar rápido

  1. 26 noviembre 2009 at 17:52

    No puedo estar más de acuerdo. Ole!
    .-= Lo último de desesperada en su blog ..¿Dónde estará el norte? =-.

  2. 28 junio 2009 at 21:06

    Genial comentario, MªVictoria 🙂

  3. m. victoria
    28 junio 2009 at 8:12

    El gen de planchar rápido lo llevamos hombres y mujeres, lo que pasa es que ellos lo tienen adiestrado para que pase al último lugar de sus actividades. Ya sabemos el tópico de que los hombres no hacen dos cosas ala vez, luego nunca les llega la hora de planchar. Las féminas con esa habilidad multifunción no solo planchamos, nooo! hemos tenido la osadía de trabajar fuera de casa y seguir mateniendo el antiguo rol de doméstica. Nuestro gen de plancha rápida está más saludable que nunca, a la fuerza ahorcan como decía mi madre

  4. 19 junio 2009 at 15:33

    Cuando en una madre asoma el complejo de culpa ese del que habla el texto, debería echar un vistazo a la cantidad de inútiles que han formado las abnegadas madres santas del tipo «no te levantes mi niño que ya recojo yo la mesa»

  5. 18 junio 2009 at 6:31

    La herencia burguesa del siglo XIX, nos ha dejado tres modelo de mujer: insatisfecha y meláncolica por la falta de libertades uno, sometida al poder patriarcal dos, mujer libre e independiente a pesar de los impedimentos, estar, podemos estar donde querámos, lo malo para algunos hay que querer. Que las mujeres se quedarán en caso cuidando de sus niñ@s no era garantía de nada, las madres patriarcales eran y siguen siendo terriblemente castradoras, y en el lado contrario, te podía salir un hijo como Schopenhauer, que odiaba a su madre por lo independiente y culta. Aunque me he ido por las ramas, un saludo.
    .-= Lo último de pena en su blog blog ..De miedo, no, de terror =-.

  6. 18 junio 2009 at 0:23

    yo no tengo complejos, me importa un comino que me digan que soy mala madre ¡que le vamos a hacer! soy mucho peor ama de casaaaaa, y eso si que está mal visto en una señora de cuarenta y tantos, jajajajajaja

  7. 17 junio 2009 at 18:03

    Quizás no le pase a muchos padres en su trabajo, pero cuando los niños se ponen malitos y tienes que pedir el día libre de repente, no veas la cara que me ponen. Yo tengo suerte, porque es solo cara de marciano, a otros se la pondrían de perro: «… Y por qué no se lo coge tu mujer ?!?!»

  8. Pingback: Bitacoras.com
  9. 17 junio 2009 at 17:20

    Es que incluso hay que ir más allá. No sólo como hombres… Intentad pensar en las últimas frases del párrafo transcrito de Lucía Etxebarria… es que encima a nosotras nos entra complejo de culpa… que ya es el no va más…
    O somos Yoko, o estamos con la autoestima en el submundo…

  10. 17 junio 2009 at 17:12

    Suscribo como «macho» lo que afirmas. Muchas veces se nos llena la boca de igualdad hasta que cruzamos la puerta de casa.
    .-= Lo último de El Agorante Aberrante en su blog blog ..Una de disculpas … =-.

  11. 17 junio 2009 at 17:09

    No sé yo si no existe ese gen, ¿eh? Que mi hermano deja las camisas que ni en la tintorería, y ha salido a mi madre… Aunque quizás se deba, sí, a sus años de Erasmus, claro.

    A mí, como toda la Universiad la cursé en España, por más que lo intento, siempre me quedan mal los cuellos…
    .-= Lo último de Franesco en su blog blog ..ZP: HAZ CASO AL GOBERNADOR… ¡DESPÍDELO! =-.

  12. reyes montiel
    17 junio 2009 at 17:06

    Ains, Maripuchi, telepatía, esto es telepatía

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