Tocados

Este verano, tras cinco años de sequía, hemos tenido tres bodorrios. Bueno, en realidad uno de ellos está por llegar.

El caso es que tenía gana de llevar tocado en la boda de mi prima, que será un bodón por todo lo alto y, según me habían soplado, habría varias chicas que lo llevarían.

Dicho y hecho. Busqué dónde podría encontrar tocados en Vitoria. San Google, ya sabéis… y dí con una tienda de la calle Correría de cuyo nombre soy incapaz de acordarme, pero que tienen complementos chulisísimos y relativamente apañados de precio.

El caso es que después de probarme unos cuantos tocados, me decidí por uno discretín pero bastante apañado de precio. Eso sí, los había increíbles, estilo años 20, de colores chillones… una pasada.

Cuando ya volvíamos al coche, doblando la esquina de la Virgen Blanca, en la tienda de abalorios (otra vez soy incapaz de recordar el nombre, voy a tener que empezar a tomar fósforo) ví que tenían tocados en el escaparate.

Entré en la tienda y, efectivamente, vendían plumas, topetes y todo lo necesario para un DIY. Pensé: tengo dos bodas más, puedo hacerme un tocado para la siguiente y mantener el que ya he comprado para la última.

Así que compré el topete, redecilla, plumas de varias clases en marrones, incluyendo una larga de faisán que recorté en la elaboración del tocado. El resultado, se puede ver en la foto.

De precio me salió sólo un poco más caro que el que había comprado (con aproximadamente cinco veces más plumas y elaboración). El tiempo invertido es aproximadamente una hora por casco. Y el resultado, a la vista está.

La única pega a la hora de hacerlo fue que el topete no tenía prendedor y al final tuve que pegarlo a una diadema porque ninguna de las opciones (pinza, horquillas…) me terminaba de gustar.

Tan mono y apañado me quedó, que como sabía que Mernissi también quería llevar en el BodorrioSoria, le propuse hacérselo y quedó (aún) más mono que el mío. Claro que el suyo llevaba avestruz, que siempre es muy llamativo porque las plumas flotan y gallina de Guinea, que con los lunares blanco y negro hace un efecto saladísimo.

Pues nada, si alguna necesita y quiere que le haga algún tocado, pues nada, baratu-baratu, ya sabéis dónde encontrarme 😀

No obstante, dada la facilidad de la cosa y los buenos resultados que se obtienen, os animo a que probéis la manualidad.