Miguel Sebastián

Los socialistas no han creado el ministerio que les pedíamos, pero han tardado poco en idearse un ministro transversal. Desde hace  semanas Miguel Sebastián parece ser el hombre fuerte del gobierno y aparece por doquier en todas las decisiones importantes. El bueno de Sebastián tan pronto dá clases aceleradas al presidente, como nos insinúa que Fernando Martín tendrá que reconvertirse y construir enormes edificios con su Mecano en la intimidad del hogar.

Desde Kennedy a Suárez, pasando por Churchill, en los periodos conflictivos siempre aparecen nombres de bastante rotundidad, para bien o para mal. ¿Será Sebastián uno de ellos?. El caso es que en tiempos revueltos se necesitan políticos capaces de romper las reglas y tomar decisiones que no aparecen en los libros. En ese sentido Sebastián parece cumplir con el perfil. En tan solo 15 días ha decidido rebajar las subvenciones en energía renovable, no rescatar a Martinsa, centrarse en la flexiseguridad y mirar con lupa los expedientes de regulación de empleo que crecen como sarpullidos en un día de verano. La hiperactividad del madrileño contrasta con el aire remolón que ha caracterizado a este gobierno en los últimos meses y lo más extraño es que es una hiperactividad impredecible y poco clasificable. ¿Es progresista no ayudar a Martinsa para luego insinuar que el Estado puede comprar sus terrenos?. Si, si lo hace casino a precio de Patatal y construye vivienda protegida y No si hablamos de ayudas encubiertas al sector. ¿Es progresista reducir las ayudas a la energía solar?. No, si lo enfocamos desde el punto de vista ecológico y Si, si nos planteamos que la medida puede evitar una nueva burbuja en torno a las renovables y limitar el beneficio de las eléctricas. Medidas atípicas para un ministro que parece atípico y sobre el que prefiero ir pronunciándome a medida que las vaya ejecutando, porque en esta vida llevar un bigote ondulado y decir gilipolleces no es síntoma de nada; lo sintomático es pintar como Dalí.

No vamos a tardar demasiado en saber si estamos ante un político de talla o ante un cantamañanas y el CÓMO se hagan las cosas, será más importante aún que el QUÉ cosas se hagan. De momento el señor Sebastián llama la atención; veremos si pinta algo y la calidad de sus cuadros.