Freud y el gato

T – Larita no tiene pitín.

Mamá – No, claro, las niñas no tienen. Sólo los niños tienen pitín…

T – Se lo ha comido el gato. Ñam, ñam…

 

Tras recuperarme del ataque de risa… como pille al que le ha contado este sainete freudiano a mi hijo, me oye…

Yo toda didáctica… con lo que me está costando encontrar buena literatura… y se ve que mola más la opción felina… ¡no me lo puedo creer!

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