Casualidades

Casualidad 1.

Tenía yo unos 15 años y pasaba mis vacaciones de Semana Santa (ohhhhhhhhh benditas vacaciones escolares) en una urbanización cerca de Torrevieja. Estaba en la playa con mi pandi y se nos unieron dos chicas que eran de Madrid. En la típica conversación sobre «¿y tú de dónde eres?», al decir yo que era de Oviedo, la chica nueva me preguntó … oye, y no conocerás a Marta y María Arregui, que son mis primas … Y… vaya si las conocía: una de ellas, Marta, fue conmigo a clase desde preescolar hasta COU.

Casualidad 2.

Yo tenía dos compañeras en clase de francés (bastante mayores que yo, por cierto) que eran mis compañeras favoritas.
Perdimos el contacto, lógicamente, porque en aquel momento, el paso del tiempo y la diferencia de edad hacían «imposible» una relación más allá de la puramente compañeril.
A una de ellas, María Colubi, me la encontré en Chueca hará tres o cuatro años. Trabajaba en una galería de arte.
A la otra, Elvira Sanmillán, me la encontré (formando parte, además, de mi grupete de colegas de juerga) en unos intercambios de idiomas en el irlandés Kitty O’Sheas.
Con una he vuelto a perder el contacto. Con la otra no.

Casualidad 3.

El mejor amigo de mi hermano se va con su empresa a un viaje de incentivo a Laponia. Yo tengo unos amigos en la Laponia sueca que tienen una empresa de turismo de aventura. Al verle le pregunto, «¿dónde has estado?» y me dice … «En Luleå» … Y le digo … oye, y no habrás estado con unos que se llaman Love y Tatiana … y me dice, hombre, nombres no sé, pero ella es así como sudamericana (Tatiana es ecuatoriana) y tiene un niño así como el tuyo (mi hijo tiene dos años y el de ella dos años y tres meses) …

  8 comments for “Casualidades

  1. Maria Colubi
    15 abril 2009 at 15:44

    hola cristina, soy maria. La galería es Max Estrella en la calle santo tomé, paralela a barquillo. Ven a verme, si puedes…! no sé porqué me ha dado x buscar mi nombre en google y tu precioso blog es lo primero q me ha salido, te mando beso fuerte

  2. Maripuchi
    7 octubre 2007 at 18:50

    Anónimo, ni tengo contacto con María Arregui ni con María Colubi en la actualidad… sé que esta última trabajaba en una galería de arte … pero ni sé cómo se llama ni nada.

  3. Anonymous
    5 octubre 2007 at 11:33

    Perdón por la intromisión, pero me ustaría saber la persona con la que mantienes contacto es María. Yo tambien he perdido contacto con ella y me gustaría recuperarlo

  4. Maripuchi
    29 marzo 2007 at 6:41

    Bienvenido, Bernardo.
    Me lo creo. Estas cosas pasan …

    Haré una segunda entrega próximamente …

    Saludos

  5. Bernardo Muñoz
    28 marzo 2007 at 22:12

    Hola, Maripuchi
    Perdona que me inaugure en tu página con un texto tan largo pero tu artículo me ha traído a la memoria una historia muy curiosa.

    Jerusalén, mes de Agosto.
    Acabábamos de visitar el gólgota de los protestantes -que no es el Santo Sepulcro- y estabamos a la sombrita, protegiéndonos del calor. En eso llegó un grupo de peregrinos «especiales» -minusválidos físicos y psíquicos- a visitar el lugar junto a un guía. Éste se sentó a nuestro lado. Era un hombre mayor, de pelo blanco y complexión atlética. Nos preguntó de donde éramos en español -era argentino-. Cuando contestamos que de Barcelona quiso saber de qué parte. Le dije el nombre de mi pueblo -Premià de Mar- dando por hecho de no sabría de él. Pues vien, lo conocía, así como todas las poblaciones de la comarca. Nos dijo que guiaba peregrinos como voluntario, pero era empresario y tenía una compañía de riego por goteo que había instalado multitud de sistemas en aquella zona. De hecho, disponía una delegación a 10 minutos de mi casa. Gran casualidad.

    Playa de Sally -Senegal-. Agosto, 5 años más tarde.
    En aquel hotel solo había franceses. Hasta izaban la bandera gala cada mañana. Una tarde, en la playa, escuchamos hablar español y catálán, al alimón. Se trataba de una pareja de recien casados que, hartos de Dakar, habían huído a la costa y encontrado este hotel por puro azar. Primer flash, los dos eran de nuestro pueblo. Casualdidad. Al seguir hablando, nos confesaron que se habían conocido en el trabajo. Los dos prestaban sus serviciós -Rosa como secretaria y Pepe de comercial- en una empresa de capital israelí especializada en… ¡riego por goteo!
    Y sí, ¡su jefe era un judío de origen argentino y cabellos blancos!
    Cuando Pepe, que por su trabajo viajaba de contínuo a Israel, comentó a su jefe la anécdota, el hombre recordaba perfectamente el encuentro. Es más, le aseguró de que tenía el firme convencimiento de que volvería a saber de nosotros.
    Te prometo que cuanto te he contado, por increíble que parezca, es cierto.

  6. Lafriky
    28 marzo 2007 at 0:20

    A mi me suelen pasar cosas asi…

  7. rosamari
    27 marzo 2007 at 18:26

    Así es. Vamos por la vida en círculos. Es bastante sorprendente, pero así es. Uno siempre vuelve a alguno de los lugares de sus anteriores etapas de la vida, y se encuentra con algunas de esas personas de su pasado

  8. Anonymous
    27 marzo 2007 at 12:56

    Los pelos de punta!!!

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