Botellón

Hacía tiempo que se olía lo que ha terminado pasando este fin de semana.
Auténtica batalla campal entre policía y jóvenes que quieren hacer botellón en Malasaña en Madrid.

Y me han venido a la cabeza un par de artículos escritos por Alberto Garzón en su imprescindible bitácora «Pijus Económicus«. El ocio en la historia y La cuestión del ocio: respuesta a Iracundo.

¿Tiene que ver el fenómeno botellón con la individualista sociedad actual? ¿Qué alternativas tienen los jovenes al botellón? ¿No deberíamos educar también en el ocio?

Debate abierto.

  14 comments for “Botellón

  1. Rosas Verdes
    3 mayo 2007 at 19:21

    Ah, y cuidado con el Myolastan, que engancha 🙂

    saludos

  2. Rosas Verdes
    3 mayo 2007 at 19:17

    La clave es ‘consumo responsble’. Ya sea de alcohol, de otras drogas o de la vida misma.

    ‘Prácticas saludables’ en el ocio no significa necesariamente tener que irse a las cuatro de la mañana a hacer footing con los colegas. El adolescente es empírico por naturaleza, y lo va a probar todo, incluído el exceso; la tarea es educarle en la mesura (ojo, NO en la abstinencia). Dificil y trabajoso, pero no imposible; la otra alternativa es dejar que les siga educando la tele.

    Sobria ebrietatis, ese es el quid. Porque ponerse, se van a poner. Nos pongamos como nos pongamos 🙂

    saludos

  3. Milagrinos
    3 mayo 2007 at 10:12

    A mi el botellon no me pillo, pero sali mucho y sigo saliendo… Locuras, tambien hicimos mis amigos y yo, barbaridades muchas, pero nunca contra el projimo. Burradas como hacer autostop con un desconocido con mis amigas para llegar a la fiesta del pueblo X, o ir diez en un coche por carreteras malisimas a mil por hora… en fin, como tanta gente (no es que este orgullosa, pero pasa).

    Las copas siempre han resultado caras para la gente joven porque en proporcion a la «paga» pues siempre duele, esto ha pasado en todas las generaciones. Recuerdo a mis amigos comprando bebida en el super y poniendose las copas en el coche y luego mezclandose entre la gente del bar de moda…

    El problema del botellon esta en la marabunta que se junta en lugares residenciales, donde molesta no solo el ruido sino el olor, los abusos de muchos hacia vecinos que pasan. Esto deberia estar controlado, se llame botellon o de otra manera. Yo cuando era pequeña no podia pisar el cesped del parque en Oviedo porque venia el guardia y te corria a gorrazos. Aqui en Hong Kong no te puedes sentar en la barandilla de un portal o en un escalon a la puerta de un banco a esperar a un amigo porque llega un vigilante y te echa. Da rabia pero tiene su sentido.

    Ahora no hay ni una sola norma asi, la gente esta pelin salvaje. Tenemos muchos derechos y ninguna obligacion y esto es maliiiisimo. Nos pasamos el dia quejandonos de que no se nos da lo que nos corresponde pero la gente tiene serias dificultades para entender que libertad no significa hacer lo que nos salga de las narices cuando queramos. Para entender donde esta el limite, hay que educar mucho y muy bien a los niños y tiene que haber ciertas normas de comportamiento que regulen los excesos de los que de manera natural no se saben controlar.

  4. Blanca
    3 mayo 2007 at 9:39

    Yo recuerdo mi botellón en una placita recoleta del Madrid de los Austrias, con todos los bancos apilados y tocando la guitarra mientras bebíamos moscatel y similares, comprados en una bodeguita que había al lado del Arco de Cuchilleros.

    Como las tonadas eran dulces, como el moscatel, y cantadas a voces concordantes… era muy hermoso escucharlas y nunca nadie nos llamó la atención, es más, algún guardia de la zona se quedaba escuchando.

    Las drogas vendrían más tarde y siempre en la intimidad de las casas, nunca molestando a nadie más que a nuestros pulmones… y lo pasábamos muy bien porque no nos impedía luego ser ciudadanos y dedicarnos a la polis (esto en honor de mi amigo Animal).

    Los tiempos han cambiado y las costumbres son muy otras, pero estoy segura de que la culpa es nuestra por no haber enseñado a nuestros hijos cómo se deben hacer las cosas, su lugar, su tiempo y sus modos.

  5. El Hermano Montgolfier
    3 mayo 2007 at 7:54

    Las instituciones públicas no creo que tengan como una de sus funciones procurarle el ocio a la juventud. Lo que sí se debe hacen es potenciar la educación para que no ocurra esto. Como ya hemos escuchado todos, no debemos hacer lo que no nos gustaría que nos hicieran, pero por desgracia hay muchos que hacen lo que les da la gana, y no transigen con nada que les moleste lo más mínimo.
    Cuando yo tenía entre 16 y 18 años hacía botellón en verano, no lo hacía casi nadie, pero buscabamos un lugar solitario, sin vecinos, porque la idea de nuestro botellón era aislarse del resto de la marcha para poder hablar, fumar unos canutillos, tocar la guitarra, en fin, intimidad, algo radicalmente opuesto al botellón actual, que viene a ser como otro local de moda, pero con alcohol mas barato. Y para eso existen locales habilitados que pagan sus impuestos (¡y vaya impuestos!).
    La calle es de todos, y no sólo de unos jovenes deseosos de ponerse ciegos, que lo dejan todo hecho una mierda y que no dejan dormir a nadie.
    Civilización, por favor.

  6. garib
    2 mayo 2007 at 21:15

    Yo me acogo a lo que dice dani, más que individualismo este tipo de cosas se hacen por estar a la onda con el grupo en que vas. Como fumar en muchos casos.

    Lo que sí hay, y en esto estoy con scout, es egoísmo cuando esa diversión molesta a los demás. Para mí su derecho a hacer lo que sea se acaba inmediatamente cuando incomodan excesivamente. En cualquier caso, y como dice dani aquí arriba, se les podrían habilitar espacios para que no molesten.

    Por otro lado, creo que una cosa es tomar unas cuantas copas cuando sales y, alguna que otra vez, incluso pillar una cogorza, y otra necesitar enchufarse un montón de alcohol vía intravenosa. Yo soy el vivo ejemplo de que para hacer y decir tonterías no hace falta ni una gota de alcohol. Aquí sí hace falta educación para el ocio. Porque mucha gente hace estas cosas por inercia, pero estoy seguro que podrían descubrir otras que harían también.

    En Barna últimamente se está siendo durillo con el ruido. Al lado de mi casa había una discoteca de toda la vida de la que los vecinos llevaban años quejándose por el ruido y por los borrachos que armaban jaleo y peleas y la policía tenía que venir cada dos por tres. No había botellón pero compraban las bebidas en dos bares que había fuera y se ponían morados antes de entrar. La acabaron chapando.

  7. Daniel Isaac
    2 mayo 2007 at 14:48

    Sí sí, si estoy de acuerdo. Pillarse cogorzas todos los fines de semana no es la única salida…
    Quiero decir que una gran parte de la juventud haga esto es inevitable. Desde la antigua grecia es inevitable…
    Tampoco son todos, y tampoco es siempre. Es un ciclo del cuál van entrando unos y saliendo otros.
    No soy muy amigo de penalizarlo todo…
    yo lo que pido es encontrar un punto donde se oferte a los jóvenes alternativas a ponerse ciegos.
    Pero a su vez, ofrecer un espacio donde los que quieran beber y «arrejuntarse» como borregos, lo hagan sin líos ni broncas con los vecinos.

  8. Scout Finch
    2 mayo 2007 at 11:51

    Como bien dice Maripuchi, creo que es preocupante que la única diversión que conozcan algunos sea dejarse el hígado destrozado todos los fines de semana. No quiero decir que los jóvenes no deban beber, mejor si es moderadamente, si no que tienen que ver que hay otras alternativas de ocio que no incluyen el alcohol.

    Pero claro, aquí entramos en el tema de las modas y de la presión de los demás. A mí me han mirado raro muchas veces porque no me he emborrachado nunca o porque no bebo hasta quedarme ciega todos los fine de semana. A mí me ha dado igual, porque siempre he tenido muy claro qué quería y que no quería hacer con mi tiempo libre y con mi salud, pero no todo el mundo tiene la capacidad de enfrentarse a sus colegas, y menos con 14 o 15 años, y quedarse en casa o cambiar de amigos. Muchos se dejan llevar por miedo a que los rechacen.

  9. Maripuchi
    2 mayo 2007 at 11:03

    … continúo … ¿la única forma de experimentación es pillarse la mega cogorza día tras día? Que todos hemos experimentado … con alcohol, con drogas … pero una cosa es experimentar .. y otra muy distinta es hacer del botellón el summum de la diversión.
    No sé ..

  10. Maripuchi
    2 mayo 2007 at 11:02

    O la aborregación de la adolescencia … vale, pero ¿no hay alternativa al macro pedo?

  11. Daniel Isaac
    2 mayo 2007 at 10:30

    No recuerdo que poeta era el que decía que quién sabía beber era el aquel bebía solo.

    Quizá no es individualismo, quizá es justo lo contrario, sentirse de un bloque, de una «onda»…
    Esta claro que el estado jamás conseguirá imponer una moda o un estilo de diversión a los más jóvenes.

    yo me he pillado, hace ya mucho saños, algunas mierdas con vecinos y sin, me parece lo más natural. Tampoco creamos que un día seremos capaces de tener a los jóvenes un sábado por la noche jugando a rol o masturbándose en silencio en su habitación…

    Esto es lo que hay, una ciudad sin salidas, cara, amarga…En mi opinión hay que crear nuevos espacios, por si cuela, ya que no todos los jóvenes son iguales. A su vez dar sitio a lugares de encuentro alejados, pero sin ser ñoños o mojigatos. No les pongas cien ordenadores,juegos recreativos,coca cola o fanta y un cartelito de prohibido fumar, los jóvenes quieren divertirse a toda costa, experimentando con todo, este a su alcance o no.

    saludos.

  12. Maripuchi
    2 mayo 2007 at 10:13

    Yo hice algún que otro botellón en mis tiempos mozos, pero siempre en la playa … y (creo) que allí no molestaba a nadie. Para ser sincera, a los 15 años me importaba poco molestar a los vecinos … así que afortunadamente para mi posterior conciencia, no, yo no molesté a nadie con mis botellones.

    El tema del precio de las copas. Hombre, sale más barato sin duda comprar una botella de coca cola de dos litros y una de Don Simón (o más peleón si cabe) en cualquier chino por ahí, peeero, en la zona de copas juvenil de cualquier ciudad, hay ofertas más que tentadoras y nada mal de precio como para esgrimir que el precio de las copas es la razón del botellón.

    Tampoco pretendo hacer una tesis (que ya hay) sobre este tema.

    El problema (que lo es) va más encaminado a preguntarnos qué hace que un par de generaciones encuentren que lo único divertido que hay que hacer en el tiempo libre es reunirse con la pandi (cuantos más mejor) y beber y beber hasta reventar.

    Interesante artículo, Scout. Todo es educable en esta vida …

  13. rosamari
    2 mayo 2007 at 10:07

    Hay un poco de todo en el botellón. Educación para el ocio, el precio de las copas, según dicen los que lo practican.

    Los límites no están claros, al menos para mi.

    Donde termina tu derecho a reunirte en plena calle con el derecho de los vecinos a su descanso y sus calles limpias?.

    También es tremendo que el único ocio sea beber hasta estar cocido.

  14. Scout Finch
    2 mayo 2007 at 10:01

    Primero quiero dejar claro que no bebo, así que nunca he estado en un botellón. No estoy en contra de ellos, siempre que se respete a los vecinos. Deberían establecerse zonas donde la gente que quiera pueda beber sin molestar a nadie.

    ¿Es el botellón reflejo de nuestra sociedad individualista? Cuando se celebra en medio de la ciudad, sin respetar el derecho al descanso de los vecinos porque «nosotros también tenemos derecho a divertirnos» sí me parece egoísta e individualista: yo hago lo que quiero y los demás que se fastidien. Eso es lo que no me gusta del botellón, el poco respeto hacia los demás que demuestran algunos de los que lo hacen.

    En la carrera teníamos una asignatura llamada Pedagogía del ocio y el tiempo libre, en la que aprendíamos la importancia de saber utilizar el tiempo de ocio. Os dejo un enlace muy interesante por si queréis echarle un vistazo.

    http://www.down21.org/act_social/ocio/educar_calidad.htm

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